Apareció por la redacción de Humor cuando ya hacía varios
años que la revista estaba en la calle. Abrió su carpeta y deslumbró a todos.
Un creador increíble. Más que un humorista gráfico un plástico, un autor de
verdaderas obras de arte, un maestro de la acuarela. Creaba atmósferas que
recordaban a Rembrandt, Goya y otros célebres pintores. Un malabarista de las
formas. Deformaba con pasión creando belleza. Sus obras recorrieron el mundo.
Publicó en Le Monde de París, en The New Times, entre otros prestigiosos
medios. Y también publicó sus libros en el extranjero. Lo tuvimos aquí
ilustrando las tapas de Humor, de Humi, de los libros de Dolina y otras tantas
publicaciones. Recibió varios premios: El Clío en nueva York en 1993, el Caran
D’Ache en Roma en 1995. Aquí, en su página, se puede conocer su trayectoria: http://www.carlosnine.com/espanol.php
El 16 de julio nos enteramos de su
muerte a los 72 años. Dejó muchas obras y proyectos inconclusos. Extrañaremos
sus maravillosas ilustraciones, sus increíbles y mágicas criaturas y sus
magistrales caricaturas. Deja una brillante obra representándolo en todo el
mundo y a su hijo Lucas, que afortunadamente heredó su talento y sigue sus
pasos.
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