Tomás Sanz, quien
fuera Secretario de Redacción de Humor y también durante un período su Director,
expuso en el Museo del Humor de Puerto Madero sus dibujos y bocetos. Muchos
rescatados especialmente para el evento, insólitos quizás, como bien los define
el título de la muestra: Zapatos en la
heladera. Meiji, curador de la muestra lo aclara en el catálogo: “Un escritorio limpio es signo de una mente
enferma”, dicen que dijo Einstein y, si hubiera un candidato para aseverar la
célebre frase, ése sería Tomás Sanz. Entrar en su oficina, en el cuarto piso de
Humor, era enfrentar las Torres Gemelas de papeles. Casi disculpándose,
restándole importancia a esos perfectos trazos, trató de justificarse con su
modestia de siempre en la apertura. Uno de los creativos más queridos del humor
argentino y también el guerrero que le puso el pecho a los embates judiciales
que recibía la editorial creada por Andrés Cascioli. Siempre con el perfil bajo
y la calidad humana de los grandes.
Ahí estuvimos para acompañarlo en un emotivo agasajo que se
prolongó en el bar del Museo.
Pasaron por allí: Quino, Garaycochea, Amengual, Meiji, Cristina
Wargon, Mara Burkart, Santiago Varela, el ministro Hernán Lombardi, entre otros
colegas y admiradores.
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