viernes, 15 de febrero de 2008

EL ALBUM DE LA FAMILIA (IV)



Y llegó el turno de hablar de la persona más exquisita de la familia: la tía Inés.
Supo sobrellevar con dignidad la adversidad genética de la familia y trató de dar siempre a su rostro un atractivo singular. Su sensualidad estallaba hasta cuando escupía los carozos de las aceitunas. De niña sufrió mucho por el acné. Algunos decían que la causa eran los perros que le lamían la cara. Gracias a su fortaleza superó ese problema, pero ya en la adolescencia se acomplejó por el crecimiento del vello y para colmo su drama aumentaba cuando recordaba los consejos de la abuela: "No salgas con pendejos". Dicen que rechazó el ofrecimiento de un circo para dejárselo crecer y actuar como la mujer barbuda. Estuvo a punto de ser contratada para hacer un aviso de televisión de una marca de talco para bebés (Culitos frescos) pero para la escena final de un beso en primer plano le exigían que se opere de hemorroides. Sus compañeros de infancia le recuerdan hasta hoy las veces que les amargó los cumpleaños, cuando se abalanzaba a soplar las velitas y arruinaba las tortas con diarrea. Y otros dicen que cuando les contaba algún secreto al oído, también les pasaba algo de la comida del día anterior. Ninguno olvida el viaje de egresados cuando por un ataque interminable de tos hizo desastres en el micro, y cuando se les terminó el desodorante de ambientes tuvieron que obligarla a viajar en el baúl de equipajes. Llegando a Bariloche les hicieron una multa por emanación de gases.
En esa época estudió música y pudo egresar como concertista de flauta. Hacía maravillas una vez que se introducía el instrumento en la boca. Era un gran placer para ella, sobre todo cuando estaba estreñida.
Sin dudas vivió episodios en su vida que la sensibilizaron. Hoy también llora recordando la visita del Papa. Cuenta que en la misa multitudinaria en Palermo el Santo Padre estuvo como 15 minutos acariciándole la cara y la cabeza y la emoción de la tía llegó casi al orgasmo cuando le introdujo la hostia en sus labios sensuales.
La abuela nos cuenta que la veía muy enamorada de un primo lejano que vivía en Madrid, con quien se carteaba, era el famoso torero Manojete. Pero la tía Inés nunca dijo nada. Solamente confesó que había salido unos meses con un magnate griego que quería llevarla a vivir a una isla de su propiedad llamada Mykulos. Sabemos que recientemente conoció a un hombre de su edad en un chat. Ella le había enviado una foto algo retocada. Cuando se encontraron el tipo salió corriendo puteando al Messenger y al Photoshop. No aceptó las explicaciones de la tía que le decía que su aspecto era consecuencia de una mala praxis en un trasplante.
Siempre cuidó su silueta. No era de comer mucho. Con el desayuno nunca faltaba su enema de jugo de naranja. Su imagen plena de erotismo comenzó a llamar la atención; entonces ella aprovechó el momento y fue a una agencia de modelos. Al cumplir veinte años ya se destacaba en las pasarelas con su andar desbordante de sensualidad. Cuando Giordano decía: "Moviendo las cabezas..." ¡Ah... ese culo era un show!. Fue insistentemente requerida para lucir ropa interior. Muy útil su presencia porque mostraba dos calzones a la vez. Su andar recordaba la plasticidad de la más variada fauna: desde las plateas le gritaban "pantera, gacela, cisne, mono culo pelado..." Podemos decir que llegó rápidamente a la fama. Fue tapa en dos oportunidades de la revista Culos edición española. Por una de esas tapas donde se leía el título "La modelo Inés da la cara" la tía presentó una demanda porque decía que esas palabras sugerían que se entregaba a la prostitución. Pero le jugó en contra un reportaje donde ella había afirmado que todo su dinero lo había ganado con el sudor de su frente.
Fueron años de éxito. Luego llegó el declive. Empezó a engordar y se le caían los cachetes. La cirugía estética para ella fue fatal. Se aplicó botox y no quedó bien. Para comer un grisín debía untarlo con vaselina. Hablaba usando palabras con la letra "o" porque si pronunciaba otras vocales le producía dolor y cada diálogo terminaba con un supositorio analgésico. Con portaligas logró sujetar en parte la papada. Pero tuvo que abandonar su carrera. Buscó entonces otros trabajos. Le fue muy bien leyendo el futuro en la borra de la colitis. ¡Te agarraba la pelela y no fallaba!
Luego el tío Miguel le avisó de una vacante en una fábrica de supositorios y se tiró de culo. Se desempeño muy bien en el puesto de control de calidad. ¡Se llenaba la boca hablando de su trabajo!
Pero renunció al poco tiempo porque se perdía la novela de la tarde. Era fanática de Luisa Kuliok y muy sensible a los dramas lacrimógenos de la protagonista. Tanto que muchas veces después del culebrón se iba a dormir y en vez de crema en la cara se ponía pañales para adultos. Era muy abierta a los sentimientos, dicen que por culpa de sus amiguitas que en la niñez la usaban para jugar a la alcancía.
Años más tarde, tuvo un accidente casi fatal con la moto. La tía nunca pudo conseguir un casco adecuado. Le habían sugerido ponerse un inodoro pero no resultó. El choque fue tremendo. Sufrió una conmoción anal con pérdida de masa intestinal, con el agravante de una hemorragia fecal (valga el término) lo que llevó a decir acertadamente a los primeros testigos que se había hecho mierda.
Voluntariosa como siempre, la tía Inés no se entregó y volvió a dedicarse a ejecutar la flauta. Fue una etapa mística, dedicada a la música sacra. ¡Había que oír las melodías lastimosas que salían de su interior!. El arte musical en la excreción máxima de sus entrañas. Dio algunos conciertos en la Sociedad de Estreñidos y en el Centro de Proctólogos. Recibía muchos aplausos, sobre todo con una composición suya: "Variaciones digestivas en re menor" donde se lucía en el segundo movimiento "Andante con flato". Y no podemos olvidar su único tema grabado: "Eructo patético" con un final estruendoso que mostraba la fuerza de sus vísceras.
Pero todo terminó inesperadamente cuando de pura golosa nomás se tragó la flauta dulce. Debieron operarla. Fue muy grave la situación, pero la operación un éxito, según expuso en la conferencia de prensa el jefe de cirujanos exhibiendo el instrumento. Lamentablemente se debió recurrir simultáneamente a una traqueotomía y a una extirpación de recto que derivó en la colocación de un ano contra natura.
Ese día, podemos decir que se cerró su alegría y hoy todavía no sabemos dónde encontrarle la sonrisa. Hace poco descubrimos que los gases se los tira en bolsitas. Entonces para levantarle el ánimo y hacerla sentirse útil este fin de año le pedimos unos cuarenta de distintos colores para adornar el arbolito.
En la imagen de la izquierda vemos la famosa tapa de la revista Culos y en la otra a la tía Inés ensayando antes de dar un concierto.

4 comentarios:

Marcelo Niño dijo...

Maestro, mire que hemos hablado mucho, pero nunca me habia comentado usted que tenía una tia que tocaba la flauta.... a la flauta

Caio Di Lorenzo dijo...

Muy bueno,felicitaciones!! por si se anima y quiere pegarse una vuelta: www.caiodilorenzo.blogspot.com
un poco de todo, saludos
caio

Eduardo Omar Campilongo dijo...

¿Y? Actualización para cuando?
Un consejo: cambiá la configuración de "comentarios" porque tiene demasiadas restricciones.
Saludos.

Anónimo dijo...

¡Felicitaciones Maestro, un sitio muy bueno!!!