viernes, 25 de enero de 2008

¡CADA DÍA SOMOS MÁS!



Así es. No estamos solos. La temática se impone. Ahora es el gran maestro Caloi, un observador incisivo de la realidad nacional, que ha detectado esta modalidad cultural de nuestra época. Con su indiscutible talento dejó documentada esta tendencia "culomaníaca" de nuestra sociedad en la revista Viva del 20 de enero pasado. Aquí está su testimonio. Bienvenido maestro y gracias por interpretar el ánimo de los argentinos.
Nos congratulamos y lo incorporamos jubilosamente a nuestras filas, haciendo que esta onda crezca en calidad. Repetimos: Cada día somos más. Estamos como el traste pero vamos bien.

domingo, 20 de enero de 2008

EL ALBUM DE LA FAMILIA (III)



Ahora llegó el momento de contar la historia del tío Miguel. Una vida casi novelesca. Por su rostro curtido pasaron muchos rollos de papel higiénico, La Razón 5ta y trapos viejos. Llegó como inmigrante en la peor época del país. Había nacido el día de San Jacinto en Europa y traía bien afirmada la cultura del trabajo. Fue polifacético en sus actividades, aunque siempre con su misma cara de traste. Pero también pasó duros momentos de discriminación y se amargó mucho, sobre todo cuando en el pasaporte, como señas particulares le endilgaron el lacerante "cara de culo". Acomplejado por esta y otras situaciones, la primera comunión la hizo luciendo un pasamontañas blanco con puntillas. La hostia la recibió por correo. El abuelo Esculapio contaba que lo del ocultamiento del rostro se debía a que si se tenía en cuenta esa parte de las escrituras que hablaba de la creación "a imagen y semejanza" podía provocar una crisis en el Vaticano.
Su primer trabajo fue como vendedor ambulante de supositorios, fijando finalmente su puesto frente a la cancha de Nueva Chicago. Lamentablemente fue un fracaso. Sus supositorios no servían para calmar la fiebre de los hinchas y menos para arrojarlos al referee. No podía comprender cómo un producto tan fácil de colocar tuviera tan poca salida. Muchas veces se tuvo que tragar el excedente que quedaba sin vender. Eso era muy doloroso para él, y cuando ya estaba por caer en la adicción dejó el laburo.
Más tarde vendió globos en la puerta de un colegio. Globos con formas muy novedosas que él mismo inflaba con su boca. Pero todo se terminó el día que, dentro de un aula, se reventó uno con forma de conejito y tuvieron que evacuar el aula y suspender las clases por varias horas. Ese día casi le rompen el traste a patadas.
La tarea de inflar los globos le había provocado una gran inflamación en la garganta. Pero tuvo suerte porque cuando se estaba haciendo unas gárgaras en la calle lo contrataron para hacer de fuente musical en la plaza. Indudablemente no era lo suyo. Al cabo de seis meses renunció porque le empezaron a tirar monedas y algunos más atrevidos le mandaban los veinte centavos en la ranura. Se le hizo insalubre y difícil, sobre todo porque la música del Cascanueces no le salía muy bien y la obra social no le reconocía las paspaduras. Pero esa experiencia le sirvió para que fuera tentado para hacer una pasantía en la NASA e incluirlo como objeto de observación de una comisión que investigaba la aparición de un nuevo agujero negro. Terminantemente rechazó la oferta porque no le atraía viajar al culo del mundo; además pensando a lo que se exponía, se le fruncía el entrecejo.
Vivió mucho tiempo en la zona del Abasto y fue amigo de Gardel. Esto lo llenaba de orgullo. Recorrió muchos bodegones acompañando al zorzal. Aunque no cantaba se las arreglaba muy bien silbando. En realidad intentó cantar, pero la crítica empezó a llamarlo "garganta con diarrea". Entonces prefirió esmerarse con el silbido. Dicen que de sus labios salían maravillas. Silbaba el tango como ninguno. Le daba a sus temas ese aire de bajo fondo a la derecha, bien de fango, bien de excusado, como le decían sus amigos del café. Un día con el diagnóstico de una posible hepatitis, con dos compases de La Cumparsita le bastó para llenar el frasco del análisis y salir para el hospital. Un grande el tío Miguel. Gardel lo respetaba mucho. Cuenta la abuela Eugenia que fue Carlitos quien le enseñó a sonreír. Un día le dijo: Mirá pibe, vos para salir bien en las fotos no digas whisky, tenés que decir Higienol". Desde ese día sale siempre con la sonrisa de Carlitos. Aunque algunos incrédulos dicen que es la sonrisa de Carlitos Tévez.
Lo último que hizo antes de jubilarse fue jugar al fútbol. Tenía una gambeta maravillosa y con sus famosas chilenas confundía a sus rivales. Le decían la "saeta marrón". Se desplazaba velozmente desorientando a sus contrincantes. No se sabía si iba o venía. Un genio. Muchas veces los jueces de raya lo agarraban de punto. Era el primero en poner la cara en la barrera. Hasta tuvo su etapa internacional cuando fue contratado para jugar en Brasil. Fue ídolo del Culo-Culo de Camboriú. Siempre cuenta la anécdota inolvidable de la final del campeonato cuando hizo el gol de la victoria a los 90 minutos con una palomita impresionante. Pero se sintió menospreciado cuando la prensa dijo que lo hizo "de culo nomás". Ahí se deprimió y decidió su retiro. Hoy, con más de 90 años, juega a la taba en la plaza, y así, entre culo y suerte pasa sus días.
En la primera foto vemos al tío Miguel como vendedor ambulante de supositorios, y en la otra se lo ve junto a su amigo Carlitos Gardel en un momento trascendental de sus vidas: haciendo la cola para comprar kerosene.

lunes, 14 de enero de 2008

EL ALBUM DE LA FAMILIA (II)



Muchos amigos me insisten pidiéndome que continúe con el álbum de mi familia. No me apuren muchachos, no quiero arriesgarme, porque si me rompo el traste trabajando pierdo la identidad, y ahí se termina todo. Así que despacio. Hoy me voy a ocupar de hacerles conocer a la tía Mirta. La más extrovertida de la familia. De chica no era así. Tuvo diversos problemas psicológicos, como los tuvimos todos, derivados de su aspecto, que provocaba la burla de sus compañeros de colegio. Fue muy retraída y callada. Sus primeras palabras se las sacamos recién a los 4 años con enema. Inevitablemente la familia tuvo que tratarla con una fonoaudióloga que la ayudó mucho. A los 10 años ya vocalizaba perfectamente con el intestino grueso. El cambio fue milagroso. Llegó a integrar el coro del renombrado colegio privado al que concurría, el High Sculos de San Isidro. Al tacto se notaba la excelencia de sus cuerdas vocales. Una maravilla ahí en el centro de su cara, se diría un paladar negro. Hasta llegó a presentar un demo ("Cantando sobre el bidet") a una grabadora con 20 temas que compuso especialmente rompiéndose el traste, pero se lo rechazaron con la sencilla respuesta de que eran temas pedorros.
Pero no se dio por vencida y siguió poniéndole la cara a la adversidad, y cuando se preparaba para debutar como cantante lírica, un exceso de chimichurri y ajíes le irritó para siempre su preciada garganta y pasó a ser una frustrada más de la familia.
Ahora la escuchamos cantar en el baño y siempre le pedimos otra. Sus gases respetan siempre la fonética académica con que se formó, aunque en períodos de estreñimiento se ve obligada a usar el lenguaje de señas. Ella es muy complaciente con nosotros y trata de hacer maravillas. Un día tuvimos que internarla por una sobredosis de supositorios de glicerina.
La tía Mirta recuerda siempre a su único novio, (un muchacho de Elortondo) y la manera en que lo perdió. Habían ido al cine a ver una película romántica, ella, la más sensible de la familia, no pudo evitar derramar un chorro de lágrimas. Enamorado y romántico, su novio se las bebía cariñosamente. Cuando se dio cuenta que era colitis se terminó todo para siempre.
Actualmente la tía se dedica a vender cremas antihemorroidales para Avon.
En una de las fotos aparece con algunos de sus compañeros de escuela primaria (al fondo a la derecha), y en la otra en su época de cantante lírica.

sábado, 12 de enero de 2008

¡SEÑALAMOS EL CAMINO!


Así es. Ya no se trata de un modesto periódico del interior del país. En este caso hablamos de la prestigiosa revista "Noticias" de la Capital Federal que se cuelga de nuestros glúteos. Pero señalamos con beneplácito esta coincidencia que nos une con un mismo agudo sentido de la observación.

Fuimos pioneros y no estamos solos. Aceptamos y seguiremos siempre expuestos y abiertos para recibir este tipo de adhesiones a nuestro estilo. Estamos como el traste pero vamos bien.

A continuar entonces llevando la frente alta y luciendo con orgullo nuestra raya editorial, cuya coherencia reafirmamos subiendo esta imagen escaneada como el culo.

El sacro unido jamás será vencido...

lunes, 7 de enero de 2008

¿ME VIERON LA CARA USTEDES?


Sí, a ustedes de El Colono (de Esperanza, Sta Fe) que se mandaron esta copia alevosa. ¿Me vieron la cara? Uno se rompe el traste pensando, se pela la frente para que ustedes impunemente ataquen por la retaguardia y se roben el producto de mi esfuerzo. ¿Por qué no se sacrifican, eh? Como yo que estuve haciendo de todo para sacar una idea y hasta me pasé dándole al yogur para superar mi tránsito lento hacia la evacuación de una idea. Muchachos: prueben dibujar con la mano, porque con el pie no les sale bien. Y no confundan cara de orto con cara de gil, que si bien es casi lo mismo, yo la llevo con altura y bien limpia.

Y ahora me saco la careta, tiro la cadena y te hablo a vos, autor material de este atropello:

No te conozco, pero supongo que serás un joven que está tratando de llevar adelante la vocación del humor.
Con esta consideración como punto de partida y sin ánimo de agredirte ni de demandarte alguna explicación, quisiera hacerte llegar estas líneas. Con la mejor intención...de colega a colega.
Tengo ante mí un ejemplar de El Colono del 3 de abril de 2007. Allí se publica una copia bastante desafortunada de un trabajo mío que ya fue publicado hace varios años en algunos medios de Buenos Aires (Revista Humor, Pág12, entre otros). Aunque el texto ha sido cambiado y los trazos adolecen de imperfecciones, se advierte claramente la intención de la copia.
En este momento quiero dejar pasar por alto lo que a mí me afecta esta conducta tuya, para hacerte notar que estás eligiendo un camino equivocado si es que quieres progresar en esta profesión. El daño cae sobre vos y esto puede marcarte e impedirte llegar. Por este motivo me permito aconsejarte para que trates de lograr tu estilo propio. Asignale a tus trabajos el valor de tu esfuerzo. Que sean tu marca que te va a mostrar como persona. Que cada parte de tu dibujo lleve tu personalidad, de tal manera que cuando alguien lo vea reconozca que es de tu autoría (tal como sucedió con este dibujo, que lo vio una persona y al reconocer mi estilo me lo hizo llegar).
Nada se consigue sin esfuerzo, y la ética es un valor imprescindible, sobre todo si se trata de hacer humor político.
Estás llegando a muchas personas y lo tuyo debe ser creíble desde todo punto de vista. No te equivoques desde lo fundamental. Ese espacio que te dan es una tribuna y debieras sentirte satisfecho si dejas allí tu arte y tu ejemplo.
Sin conocerte, como un amigo, quisiera que estas palabras te hagan reflexionar y te ayuden.
Nada más.

sábado, 5 de enero de 2008

EL ALBUM DE LA FAMILIA



Muchos se interesaron por saber más detalles de mi familia. Quieren conocer sus rostros y sus historias de vida. Yo necesitaría muchas páginas hablando "a calzón quitado" para dejar una idea precisa de cada integrante.
Hoy comenzaré introduciéndome respetuosamente en los anales de nuestra familia, para presentarles a mi abuelo Esculapio. Un ser excepcional. Un hombre que supo dar la cara; que empezó desde abajo, digamos desde el medio, y pasó gallardamente con la frente alta por la vida. Su brillo inteligente imponía respeto.

En esta foto me sostiene en sus brazos. Recién habíamos llegado del Hospital Santa Lucía. Fue cuando casi pierdo la vista. Estuve internado por una conjuntivitis aguda, provocada por un exceso de talco.
Mi abuelo era muy culto. Dicen que en principio pensaba dedicarse a la pintura, pero predominaba en él la rigidez de la autocrítica. Decía que los retratos le salían como el traste y abrumado decidió abandonar el arte.
Entró en una etapa depresiva y hasta intentó suicidarse. Para ello, (siempre creativo el viejo) inventó un método con influencias orientales que llamó "Kaga-kiri". Nos quería hacer una demostración práctica y definitiva. La familia discutió mucho ese tema y lo convencieron, diciéndole que pensara en ellos; que ellos tenían derecho a opinar y velar por su vida; que iban a debatir el asunto del suicidio y luego votar para demostrarle el cariño que le tenían. Finalmente por un voto triunfó la opción de permitirle seguir viviendo. Por suerte nos devolvieron la plata del nicho.
Vivió algunos años más, hasta que empezó a apagarse de a poco. Sus últimas palabras fueron apenas una diarrea ininteligible. Luego, cuando cagó fuego, nos pusimos muy tristes. Siempre lo recuerdo el día de su velatorio; lucía impecable, bien depiladito y con la raya al medio.

Yo sé que desde algún lugar del cielo nos mira, y llegará el día en que desde su vientre santo nos dejará caer la consistencia de sus bendiciones.

martes, 1 de enero de 2008

FIESTAS EN FAMILIA


La imagen infaltable. La familia unida con la felicidad marcada en la cara. Cada uno reflejando su alma. Una reunión inolvidable, con mucho ruido pero sin pasarnos de la raya.

La abuela, que tiene más de 80 años se atragantó con un hueso de cordero y a los pedos tuvimos que llevarla al proctólogo.

La tía Emilia, en un ataque incontenible de risa, con las lágrimas rodando por sus cachetes, no pudo cerrar la boca y al final nos cagó el mantel.
Nunca podemos evitar que el tío Juan Carlos, que tiene hemorroides, salga en las fotos con los ojos rojos.

Este año le prohibimos las gaseosas a la tía Juana, porque cada vez que se mandaba uno de sus eructos todos decían "yo no fui" y salían corriendo a abrir las ventanas.
A la medianoche brindamos y nos tiramos algunos petardos.

Al otro día, bien temprano, seguimos la reunión luego de refrescarnos la cara en el bidet, y como todos los años, empezamos una mateada interminable. Eso sí: limpiando siempre la bombilla...